jueves, 2 de agosto de 2012

Cap.1 Part.2-Todo un verano juntas.


Mi madre me vino a recoger. Yo todavía tenía los ojos llorosos y sentía que en cualquier momento iba a comenzar a llorar otra vez.
De hecho, cuando me acerqué a ella, no resistí más y me puse a llorar en sus hombros. A ella le sorprendió mucho así que cogió mi boletín y me dijo:
-Pero si has aprobado todas. ¿Porque estas triste, cielo?
Con la voz entrecortada le conté todo lo que había ocurrido.
A la mañana siguiente me quedé en la cama llorando. No me apetecía hacer nada. Cada vez que pensaba en que no volvería a ver a Trini el año que viene comenzaba a sollozar otra vez. Mis padres me consolaban pero no servía de mucho, aun sus intenciones.
Pocos días después una grata sorpresa me despejó. Trinidad y su madre vinieron a casa. Mi madre las había invitado. Mi madre y su madre eran amigas porque iban al mismo colegio. Pero que vinieran no me alegró porque eso solo me recordara que Trini se iba a Alemania. Lo que me alegró fue que su madre y la mía tenían un secreto. Quizás por eso mamá había estado tan rara últimamente cuando me consolaba.
Fuimos todas al salón. Yo no sospechaba nada. De repente, la madre de Trini y la mía se levantaron. Trinidad y yo nos miramos extrañadas.
-Como sabemos lo tristes que estáis las dos por no poder ir juntas el año que viene, os vamos a hacer un favor porque, sobre todo yo soy culpable de separaros- comenzaba a hablar seriamente Concha, la madre de Trini.
-Yo he querido contribuir en el plan porque me parece una idea genial y además dejaréis de estar tristes. Consiste en que paséis vuestro último verano, juntas- continuó mi madre, Elena, con una sonrisa en la cara. Mi madre no es muy discreta. Quiero decir, que cuando va a contar un secreto es como si se desahogara y volviera a vivir tranquila sin tener que guardarlo.

-Como el padre de Trinidad y yo estamos separados, no tenemos casa con dos sueldos, es bastante reciente el divorcio y he tenido que invertir mucho dinero en la casa; Trinidad y yo no nos íbamos a ir de vacaciones a ningún lugar, por desgracia. Elena y yo hemos decidido que podemos irnos las cuatro, a los lugares a los que iban a ir de vacaciones Isabel y su madre.- explicó la madre de Trini.
-¿Les has hecho pagar nuestra estancia a Isa y a Elena?- preguntó alarmada Trini. Yo sabía la razón por la que mi madre les había invitado a pasar las vacaciones. Mamá lo explico enseguida.
-No te preocupes Trinidad- comenzó mi madre-. Es que mi marido y el hermano de Isabel, Marcos, tendrían que venir. Pero como el tío de Isabel ha invitado a Marcos y a José a ir a su ciudad y ya teníamos pagadas las estancias en los lugares a los que vamos, vosotras podréis ir por ellos. En realidad íbamos a aprovechar los viajes con ellos aunque les invitaran pero, si venís vosotras, nos ahorráis problemas.
José era mi padre. El día siguiente de la entrega de notas mi hermano y él se fueron a Barcelona a visitar a mi tío. A mí ya me extrañó que se fueran después de haber decidido que no, pero estaba tan triste que me daba igual.
-¡¡ESO ES GENIAL!!- gritó Trini con entusiasmo- Pasaremos todo el verano juntas en la ciudad y donde os ibais a ir con tu padre y tu hermano.
Lo cierto es que era fantástico y enseguida se me contagiaron los ánimos. ¿Adónde iríamos Trini y yo en nuestro último verano juntas? ¿Qué aventuras correríamos? Eso era un misterio a punto de ser desvelado.

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