Cap.2- Un día de compras.

Hoy Trini y yo nos fuimos de compras con Linda. El verano comenzaría con unos días en la ciudad. Allí nos encontramos a las víboras de la clase: Clarisa, Leire y Ángela. Le acompañaba su perra que es de lo más pijo, Lulú. Esas chicas son unas creídas manipuladoras. Todo el mundo en nuestra clase las adora y los chicos van detrás de ellas. Clarisa es la jefa del grupo y las demás son amigas suyas para ser populares. Leire y Ángela son gemelas. Las tres humillan siempre que pueden.

Pasaron al lado nuestro con andares de supermodelo, sintiéndose superiores. Entonces Clarisa me pisó descaradamente.

-¡AY! Clarisa, me has hecho daño.

-Sí, bueno. Tú me has hecho tocar con mis zapatos de tacón esas sandalias apestosas. Así que estamos en paz- respondió con crueldad.

Leire y Ángela se rieron haciéndole la pelota. No sé como lo hacen pero siempre salen ganando.

-Leire y yo damos una fiesta este finde. Mis padres se van de viaje. He invitado a toda la clase, así que podéis venir.- comentó Angela para mi extrañeza. Luego guiñó su ojo con las pestañas pegajosas a causa del rímel. Me daba asco.

Y se marcharon sin decir nada. Cuando estaban lejos comenzamos a hablar.

-¿Cómo que se creen que vamos a caer en la trampa e ir a su fiesta?- dije con voz de que fuera un chiste-. Lógicamente será una trampa. ¿Verdad Trini?

- No sé, Isa- replicó Trinidad-. Sería la ocasión perfecta para devolverles las humillaciones que nos hacen a nosotras haciéndoles… ¡una GRAN HUMILLACIÓN!

- ¿¿Estás loca Trini??- grité en la entrada de la tienda de zapatillas- Seguro que aprovecharán la fiesta para humillarnos y si las humillamos nosotras nos humillaran más.

-Sería la venganza perfecta, Isabel- volvió al ataque Trini-. Además estará toda la clase. Será la última oportunidad porque en todo el verano no volveremos a estar todos los de la clase y el año que viene me voy y no podremos devolvérsela juntas nunca más.

Me estaba convenciendo poco a poco, así que le dije:
-La GRAN HUMILLACIÓN está en marcha. ¡¡VAMOS ALLÁ!! Pero antes comamos un poco de chocolate- dije porque no desaprovechaba la felicidad de Trini para comerlo y ella lo sabe, porque me encanta.